Marsicano era un hombre singular eso esta claro, lo dicen sus amigos, las canciones, y en algunos casos también es una leyenda.
Desde botija este tejano vendía diarios y se la rebuscaba en las changas que podía, eso lo convirtió en un hombre agradecido amigo de los amigos, bondadoso con lo poco o nada que tenia y siempre dispuesto a dar una mano cocinando, haciendo una colecta y ayudando a quien se pudiera.
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